*La fuente de los leones, un icono turístico donde se forjó el inicio de una ciudad que está cerca de los 500 años de su fundación
Jaime Carrera
Puebla, Pue.- Paso a paso, un conjunto de mosaicos deslumbra al caminante que curioso se detiene a apreciar como la talavera es bañada por los rayos de sol que dependiendo de la perspectiva se ilumina de diferentes maneras. Todas, completamente deslumbrantes.
En su centro hay un puente que conecta visualmente con una panorámica llena de colores: rojo, amarillo, verde, pero sobre todo el azul que contrasta con el naranja de la iglesia de San Francisco, en la zona fundacional de la capital poblana, a un costado de lo que fue el río Almoloya.
La fuente de los leones, no sólo es un icono turístico en donde todo comenzó, en donde se forjó el inicio de una ciudad que está cerca de los 500 años de su fundación, es también un estandarte del arte y la majestuosidad de la talavera poblana reconocida a nivel nacional e internacional.
Con sus seis bustos en forma de león, cuatro bancas en su entorno y dos más en la parte superior y un solitario faro que acompaña a los enamorados o a los transeúntes que descansan en sus alrededores, cada esquina, tramo y forma de la fuente es llamativa por sí sola.
En Puebla destacan tres fuentes con adornos de talavera: la de la China Poblana, la de Motolinia en el Paseo Bravo y la de los leones, estas dos últimas conectadas por un mismo personaje: el ingeniero Rafael Ibáñez, participante en la construcción de ambas estructuras.
Ubicada en lo que actualmente es el bulevar 5 de Mayo y con recintos históricos en sus costados como los lavaderos del Almoloya, la fuente de los leones representa un espectáculo visual de colores dominados por un azul que siempre acapara la mirada de los turistas.
Con su peculiar estilo morisco, cada azulejo de talavera figura una pieza invaluable que conforma un rompecabezas artístico, que está al resguardo del hotel que se encuentra pasos adelante y desde cuya entrada se puede apreciar la increíble y llamativa fuente.
La fuente de los leones es un punto obligado a visitar para cualquier amante del arte, pues además, aunque se encuentra en medio de un entorno acaparado por el transporte público y el ajetreo propio de una ciudad como Puebla, por ratos, contiene un peculiar silencio.
Como sus leones, para algunos personas que suelen pasar el tiempo en una de sus bancas, esa fuente es sinónimo de la forma de ser de los poblanos: valientes, audaces y decididos, orgullosos poblanos de su historia, cultura y tradiciones que surgieron en esa zona fundacional.
Y sin importar la prisa o la calma con que se aprecie cada uno de sus mosaicos, la fuente de los leones continuará recabando momentos en las tardes cuando un par de niños la recorren, suben y bajan sus escalones, creando historias y juegos interminables e inimaginables.
Paso a paso, cada persona aprecia a su manera la azul talavera icono de Puebla, que en el caso de la fuente de los leones es por demás atractiva, y una, dos o más poblanos pasan la página a un libro, dan un sorbo a su café o abrazan a su pareja, custodiados por los imponentes leones.